lunes, 15 de agosto de 2016

AMPLIFICACION Y POTENCIA - Parte 3


Tipos de Amplificadores


Básicamente hay dos tipos de amplificadores, los de válvulas (tubos) y los de transistores (estado sólido), de estas dos tecnologías surge una tercera opción que son los amplificadores de diseño híbrido que resulta de combinar en las distintas etapas de la amplificación los tubos con los transistores.



En los años 60 aparecen los primeros diseños de transistores lo cual aparentemente marcaba el fin de la antigua tecnología de tubos. Estos eran más pequeños, ocupaban menos espacio, pesaban menos, consumían menos electricidad, no tenían el problema de la alta temperatura que generaban los tubos y finalmente tenían mayor potencia de salida. Sumado a  esto estaba el hecho que los amplificadores de transistores no necesitaban usar transformadores de salida, un componente que encarecía enormemente  el producto y lo hace más voluminoso y pesado.*

*La gran mayoría de amplificadores de tubos utilizan un transformador de salida por canal, además del transformador que está en la fuente de poder como cualquier aparato eléctrico, es decir los amplificadores de tubos llevan 3 transformadores en lugar de uno.

La gran mayoría de fabricantes de amplificadores de tubos fueron cambiando hacia los transistores, sin embargo muchos amantes de la música encontraban el sonido del estado sólido algo “inescuchable”, pero a la vez muchos de estos aficionados no tenían la economía para comprar los nuevos diseños con tubos cuyos precios habían sufrido una fuerte alza. Solo algunas marcas sofisticadas se quedaron en el mercado fabricando amplificadores de tubos.
El amplificador de tubos moderno está influenciado por el diseño de William Z. Johnson de Audio Research Corporation que lanzó a inicios del 1970, al presentar el nuevo modelo en un show de audio fue acusado de haber retrocedido en 10 años la tecnología, sin embargo nada frenó su intento y al día de hoy lleva 46 años demostrando al mundo que no estuvo equivocado.




De todas maneras hasta hoy se debate qué es preferible en el momento de decidir la compra de un amplificador, ¿tubos o transistores?  

Acá trataremos de ser objetivos y mostrar las ventajas y desventajas de cada diseño y como siempre la decisión final se la dejamos a nuestros oídos y a nuestro bolsillo.

Los amplificadores de tubos pueden ofrecer una musicalidad impresionante pero tienen sus puntos en contra
  • -        Los amplificadores de válvulas son más caros que su contraparte de transistores si comparamos modelos con la misma potencia. El precio de los tubos y de los transformadores eleva mucho el costo de este diseño. También hay que considerar que es necesario reemplazar los tubos cada cierto número de años,  alrededor de 3 y 5 años dependiendo del uso y exigencia de cada usuario
  • -      Por lo general en términos de reproducción de bajos los amplificadores valvulares difícilmente pueden competir con los de estado sólido. Los tubos tienen menos control en el bajo, haciendo la presentación de bajas frecuencias menos precisa y extendida.
  • -     Los amplificadores de tubos tiene menor capacidad para entregar corriente, sobre todo cuando son exigidos por parlantes “difíciles” cuya resistencia (ohms) por momento llega a niveles muy bajos, debajo de 4 ohms.
  • -       Las válvulas requieren ser ajustadas periódicamente. Estas llevan un ajuste llamado “bias” que lo debe realizar  el usuario con un desarmador. Esta operación es muy sencilla y se hace periódicamente si se quiere tener el amplificador en perfectas condiciones de uso. Sin embargo a algunos usuarios no les hace gracia tener que ocuparse de su equipo constantemente y consideran esto uno de los puntos en contra de los tubos.
  • -     Los tubos son elementos menos confiables que los transistores, estos fallan o se cruzan con mayor facilidad, aunque esto es muy eventual y no representa mayor problema, pero igualmente ocurre con mayor frecuencia que con un transistor.
  • -      Los tubos al tener que ser cambiados periódicamente debido a su desgaste su performance va variando con el tiempo. Con el uso se va degradando y la calidad de sonido decrece, es por eso la necesidad y urgencia de algunos aficionados a querer cambiar los tubos con mayor frecuencia. En estricto sentido un amplificador a tubos “siempre suena distinto”,  está en un cambio constante. Por supuesto que el cambio es mínimo pero esta es una razón para poner nervioso a más de uno y preferir el estado sólido.




En vista de estos inconvenientes, ¿por qué alguien podría preferir amplificar con tubos en lugar de transistores?
La respuesta es muy sencilla, los tubos tienen una magia especial con la música que los hace adictivos. Si se logra unirlo a un parlante adecuado, los amplificadores con tubos son capaces de producir un sonido vivo y real de una forma que los transistores no llegan. Por ejemplo para reproducir las frecuencias medias, que es donde reside la mayor parte de la música, no hay como un amplificador de tubos. Estos logran transmitir el sonido de las voces, de las cuerdas y de los vientos con una sedosidad y detalle de armónicos logrando que el timbre de cada instrumento se parezca más al sonido en vivo. Los tubos transmiten la calidez de los sonidos medios con una musicalidad especial.

Otro aspecto donde destaca un amplificador de tubos es en las altas frecuencias las cuales no llegan al punto de agresividad que con facilidad uno escucha en los amplificadores de estado sólido. El sonido de un platillo en un sistema de tubos tiene una duración en el tiempo mayor que un transistor, uno puede percibir en ambos el golpe de una baqueta sobre el platillo, la diferencia está que en el amplificador de tubos ese sonido se extiende por unas milésimas de segundo más que en un equipo de transistores en el cual más bien es un sonido seco. Este hecho le da mayor realismo a los tubos. Como ejemplo imagínense golpear un platillo, ustedes podrán escuchar la vibración del metal por un espacio de tiempo largo, este no termina en el mismo instante.

Una caracteristica de los tubos es su capacidad para crear un soundstage mucho más grande. Entiéndase por “soundstage” el sonido del ambiente donde se ha realizado la grabación, esa información que nos ayuda a percibir a los músicos dentro de un ambiente acústico, dentro de un espacio ya sea grande o pequeño y además nos permite ubicarlo dentro de ese espacio. Los amplificadores de tubos tienen esa particularidad de ponernos frente a los músicos y de crear un espacio y una sensación de “aire” entre los músicos de una manera más creíble, nos acerca más a la realidad.

Un amplificador de tubos de bajo costo y poca potencia igualmente tiene estas características que lo distingue de los de estado sólido. Un amplificador de tubos económico y de baja potencia por lo general tiene un bajo poco definido y algo flojo, pero esta característica negativa es superada y “olvidada” por la belleza en la reproducción de medios y agudos, por tener ese sonido amable característico de su estirpe.




Todo no es una maravilla en este sonido dulce y amigable de los tubos. Hay diseños y situaciones en que un exceso de estas características termina imponiéndose y coloreando el sonido de una manera indeseada; lo ideal es que un amplificador no imponga su sello sonoro, o en todo caso que lo haga de la manera muy sutil. Lo ideal es que un amplificador reproduzca lo que está grabado sin alterar el sonido. Nadie quiere un sonido demasiado grande y lento que es una característica exagerada de algunos amplificadores antiguos.

Por otro lado los amplificadores de estado sólido, tal como lo hemos indicado, tienen una ventaja en la reproducción de bajos, estos suelen ser más precisos, definidos y rápidos.
El transistor es capaz de reproducir el sonido inicial de una cuerda, una tecla o un golpe de percusión con más realismo dado a su rapidez de respuesta. A esta característica de la reproducción musical se le conoce en inglés como “transient” y no es otra cosa que el inicio de un sonido, el momento en que la uña rasga la cuerda o la baqueta impacta en el tambor, se puede traducir como un tránsito. En contraparte existe el término “inter transient” que son los silencios entre las notas musicales, es muy importante que el amplificador tenga la capacidad para iniciar una nota y luego detenerse en un instante y poder dejar ese espacio en blanco que permite apreciar con claridad una nota de otra. Estos dos aspectos son muy bien manejados por los transistores.

Otra característica sonora que distingue a un diseño de transistores de uno de válvulas es la definición de la imagen. Cuando escuchamos una grabación stereo, en el espacio entre los dos parlantes se crea una imagen sonora que no es otra que la reproducción de la ubicación de cada instrumento en la sala, esto es de acuerdo a cómo el ingeniero de sonido creó durante la grabación. Por lo general hay algún instrumento o tal vez una voz ubicada en el centro mismo, así como algunos instrumentos son ubicados a los lados y otros más alejados incluso llegando a ubicarse más allá del límite exterior de los parlantes. Estos límites muchas veces toman dimensiones espectaculares debido a una excelente acústica de la sala de escucha.
Esta definición de la imagen es manejada con mayor precisión en los amplificadores de estado sólido, en algunos casos llega ser muy exagerada y pierde realismo.



Los diseños híbridos son un intento de conseguir lo mejor de los dos mundos, se busca mezclar las virtudes de los tubos con los transistores y sus amplificadores pueden ser de dos tipos. Antes explicaremos que en un amplificador por lo general hay 3 etapas de amplificación, las primeras que son aquellas que amplifican el voltaje y la última es la que amplifica la corriente que es la que va conectada directamente con los parlantes.

Los amplificadores híbridos pueden ser dos tipos de diseño. Los que utilizan tubos en la primera etapa y transistores en la salida y los otros son a la inversa, es decir estado sólido en la entrada y amplificación con tubos y transformadores a la salida. El más común es el primero, utilizando un circuito de tubos pequeños en la primera etapa y una amplificación con transistores. Este diseño no utiliza los transformadores de salida que lleva todo amplificador de tubos, por lo tanto no debe ser necesariamente caro y no implica el mantenimiento y cambio de tubos grandes que son los que amplifican. Por un lado se logra matizar el sonido un poco agresivo del transistor mediante el uso de tubos, y por otro se tiene la ventaja de poder obtener mayor potencia a bajo costo con los transistores en la salida.  El otro diseño que utiliza transistores de entrada y tubos en la salida hacia los parlantes, es muy poco común y de los dos es el que suena más parecido a un amplificador de tubos.



Aprovecho para explicar el tema de los transformadores de salida en un amplificador a tubos. 
El tubo es el elemento que amplifica la señal y el punto de encuentro con el parlante; este tiene la característica de tener una impedancia de salida de miles de ohmios lo cual es imposible hacerlo compatible con un parlante cuya resistencia oscila entre 16 y 2 ohmios, por poner un rango amplio. Por esta razón es necesario el uso de un transformador entre los tubos y el parlante; el transformador baja la impedancia a niveles adecuados, por lo general es posible seleccionar entre 16, 8 ó 4 ohmios en el transformador de salida. Es probable que haya visto en los amplificadores antiguos que la conexión a los parlantes lleva una salida común o tierra y hasta tres o más conectores que indican 16, 8 ó 4 ohmios. (ver foto)




¿En qué debo fijarme al escuchar para saber si es el amplificador correcto?

En caso usted está comprando los parlantes y el amplificador al mismo tiempo, o si el vendedor tiene parlantes iguales a los suyos, lo que tiene que hacer es escucharlos juntos. Si no fuera ninguno de los dos casos anteriores, trate de llevar sus parlantes al local y haga la prueba de los dos juntos. Si la tienda no tuviese las condiciones para hacer una buena prueba, intente que le presten el amplificador aunque sea por un par de horas y pruébelo en su casa. Cualquiera de las dos opciones debería ofrecerle un distribuidor serio cuando se trata de la compra de un equipo costoso.

Esta es la mejor forma no solo para saber musicalmente cómo se comportan los dos componentes sino también para que usted se dé cuenta si el amplificador maneja adecuadamente a los parlantes.

Lo primero que usted debe tratar de notar es si el amplificador es capaz de controlar debidamente a los  parlantes y para eso una grabación con buen contenido de bajas frecuencias es muy útil. Si usted nota que los bajos son flojos, sueltos, sin punche, o lentos, este ya es un buen indicador de que al amplificador le falta la potencia suficiente. Otra característica que se nota cuando hay una falta de potencia es cuando no hay una buena dinámica y por momentos se siente un estrés en el sonido, los medios tienden a sonar algo irritantes, se aprecia una congestión y el sonido pierde tamaño en los picos musicales.



Primero escuche a un volumen moderado y elija bien la música que va a escuchar, de preferencia un disco que usted conozca bien y si tuviese alguna grabación del tipo audiofilo va a ser mejor, esto es porque muchas grabaciones comerciales han sido hechas con un alto grado de compresión dinámica lo cual no permite apreciar al amplificador comportándose con cambios fuertes de volumen. Trate de poner algo que tenga un bajo y el bombo de batería tocando al unísono, o mejor aún una orquesta sinfónica que incluya un bombo. Luego que esté familiarizado con el sonido suba el volumen y fíjese si el bajo sigue comportándose igual, que no se haya “soltado”, que el sonido de los vientos de bronce no se pongan irritantes; todo esto es síntoma de una falta de potencia.

Tenga cuidado de no estar llevando a los parlantes a un nivel de distorsión, si escucha mucha distorsión o un ruido en los parlantes baje inmediatamente el volumen para evitar un problema.
La perfomance del bajo es muy dependiente de la potencia del amplificador y tiene una influencia directa en su calidad. Este debería sonar ajustado, rápido, profundo, dinámico y sin esfuerzo.


Hay que tener mucho cuidado con las recomendaciones hechas por las revistas de audio, lamentablemente hoy en día estas suelen elogiar exageradamente la perfomance de los componentes porque son dependientes de la publicidad que pagan los fabricantes en sus páginas. Prácticamente no hay ninguna publicación seria, ya pasó la época de revistas que se debían a los subscriptores y donde se podía leer artículos que realmente eran críticos, donde se desmenuzaba al detalle cada aspecto del sonido de un componente y donde el periodista hacia ver las virtudes y las deficiencias. Eso ya no existe. Las buenas revistas fueron compradas por grandes publicaciones y se deben a sus anunciantes y no a sus lectores. Es lamentable y es una vergüenza pero es la verdad. Ahora solo nos queda recurrir a los foros donde los aficionados dan su opinión, pero también en estos espacios virtuales hay que tener mucho cuidado ya que es preciso conocer bien quién es el que escribe y qué nivel de experiencia tiene.


Al final volvemos a lo de siempre. Uno debe escuchar y decidir por sus propios oídos, y si no se siente con la seguridad de tomar una decisión puede acudir a la ayuda de un amigo con más experiencia y con un oído más entrenado.